El Secreto de la Ensalada de KFC por Fin Revelado

Hay sabores que son una máquina del tiempo. Un solo bocado y ¡pum!, te transportan a unas vacaciones lejanas, a la cocina de la abuela o, como en mi caso, a una de las pocas veces que de niño pisaba un KFC en alguna ciudad que no era la mía. Para mí, esa ensalada cremosa y crujiente era tan protagonista como el mismísimo pollo frito.

Con los años, ese sabor se quedó guardado en un cajón de la memoria que ni sabía que existía. Hasta que un día, ya de adulto, un bocado me devolvió de golpe todos esos recuerdos. ¿No es increíble cómo funciona el paladar? Decidí que no podía esperar a otro viaje para revivir esa sensación, así que me obsesioné hasta dar con la tecla. Y aquí está, la receta para que tú también tengas esa máquina del tiempo en tu refrigerador.

Dato cultural: El nombre “coleslaw” viene del holandés koolsla, que literalmente significa “ensalada de col”. Así que la próxima vez que la prepares, puedes decir con toda propiedad que estás cocinando un clásico europeo con alma de comida rápida americana.

Ingredientes

Aquí no hay ciencia de cohetes, solo ingredientes frescos y bien elegidos.

Para la ensalada:

  • ½ Col blanca mediana, fresca y crujiente
  • 2 Zanahorias medianas
  • ¼ Cebolla blanca, picada tan fino que ni se dé cuenta de que está ahí

Para el aderezo mágico (el alma de la fiesta):

  • 1 taza de Yogur natural sin azúcar (el dulzor aquí lo controlamos nosotros, ¿ok?)
  • ½ taza de Mayonesa (si es de buena calidad, mejor)
  • 1 cucharada de Vinagre de manzana o blanco
  • 1 cucharada de Azúcar (¡no se negocia!)
  • ½ cucharadita de Sal, o al gusto
  • ¼ cucharadita de Pimienta negra molida
  • Opcional (pero te lo recomiendo): Una pizca de cebolla en polvo

Procedimiento

  • Manos a la obra. Lo primero es domar a los vegetales. Lava bien esa col y las zanahorias. Ralla las zanahorias usando el lado grueso del rallador, queremos trozos que se vean y se sientan.
  • El corte es clave. Ahora, la col. Con tu cuchillo más afilado, pícala en tiras muy, muy finas. No caigas en la tentación de usar el rallador, o terminarás con una sopa de col. Y nadie quiere eso. La cebolla también debe ir picada en trocitos minúsculos, casi invisibles. Junta toda esta maravilla en un bol grande.
  • La pócima secreta. En un recipiente aparte, vamos a crear la magia. Vierte el yogur, la mayonesa, el vinagre, el azúcar, la sal, la pimienta y la cebolla en polvo (si decidiste hacerme caso). Con un batidor de globo o un simple tenedor, mezcla con ganas hasta que obtengas una salsa suave, homogénea y sin un solo grumo. Pruébala. ¿Le falta sal? ¿Un pellizco más de azúcar? Confía en tu instinto, chef.
  • El gran encuentro. Vierte el aderezo sobre los vegetales. No seas tímido. Con una espátula, envuelve todo con movimientos suaves pero firmes, asegurándote de que cada milímetro de col y zanahoria quede bañado en esa gloria cremosa.

Dato curioso: Se rumorea que la receta de esta ensalada era uno de los tesoros mejor guardados por el Coronel Sanders. La trataba con el mismo secretismo que su famosa mezcla de 11 hierbas y especias. ¡Y con toda la razón!

  • El ingrediente final: la paciencia. Y aquí, el paso que separa a los simples mortales de los maestros del coleslaw. Tapa el bol y mételo al refrigerador. ¿Cuánto tiempo? MÍNIMO una hora. Si puedes aguantar dos, te ganarás una estrella en la frente. Este reposo es crucial para que los sabores se fundan y la col se suavice lo justo, alcanzando la perfección.

Tips y Consejos del Chef

  • ¿Por qué insistí en picar la col y no rallarla? No es capricho. Al rallarla, destrozas sus paredes celulares y suelta un montón de agua. Resultado: una ensalada aguada y triste. Picarla finamente mantiene esa textura crunchy que buscamos.
  • El reposo no es opcional. Sé que huele increíble y quieres devorarla ya. No lo hagas. En el frío, la sal y el azúcar extraen un poco de agua de la col, que se integra en el aderezo, haciéndolo aún más sabroso. A cambio, la col absorbe el sabor de la salsa. Es un ganar-ganar.
  • Variaciones para valientes: ¿Quieres acercarte aún más al sabor gringo? Sustituye el yogur por buttermilk (suero de leche). A veces lo encuentras en el súper. Si no, el yogur es un campeón. También puedes añadir una pizca de semillas de apio molidas al aderezo. Le da un toque herbal brutal.
  • Maridaje perfecto: Obviamente, va de lujo con pollo frito. Pero no te limites. Sírvela con unas costillas BBQ, dentro de un sándwich de cerdo deshebrado (pulled pork) o para acompañar una hamburguesa. Es la dama de honor perfecta para cualquier platillo contundente.
  • Potenciar la Acidez: El yogur es una gran base, pero para un sabor más brillante, considera añadir un chorrito de jugo de limón fresco al aderezo. Cortará la grasa de la mayonesa y realzará todos los sabores.
  • Complejidad en la Base: Para una textura y un sabor más complejos, usa dos tipos de col: la blanca que tienes y un poco de col morada. No solo se verá espectacular, sino que la morada tiene un sabor ligeramente más terroso que juega muy bien.
  • El Factor Umami: La cebolla en polvo está bien, pero si quieres llevarlo a otro nivel, añade 1/4 de cucharadita de apio en polvo (celery salt). Es un ingrediente clave en muchas versiones americanas y aporta un “no sé qué” salado y herbal muy adictivo.
  • Técnica de Deshidratación: Para una ensalada garantizada 100% crujiente, después de picar la col, ponla en un colador, espolvoréale una cucharada de sal, mézclala y déjala “sudar” por 30 minutos. Luego enjuágala rápidamente y sécala muy bien antes de añadir el aderezo. Esto extrae el exceso de agua de raíz.

Ingeniero civil de profesión, pero amante de la naturaleza y la buena comida. Desde niño me ha emocionado observar las plantas, animales y hongos. Me encanta aprender nuevas cosas sobre el mundo que nos rodea, por lo que he decidido compartir mis observaciones y conocimientos a través de este medio.

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