Rajas con Crema: La Receta Fácil y Cremosa

Hay placeres en la vida que nacen de la casualidad, como encontrar tu nueva canción favorita en la radio o toparte con un pequeño restaurante que te cambia la perspectiva de un platillo. Eso fue exactamente lo que me pasó con las rajas con crema. Las probé una vez, en un lugar de esos con sabor a hogar, y supe que no podía vivir sin ellas. Claro, pedir la receta fue un callejón sin salida, pero eso solo lo convirtió en un reto personal.
Así que me lancé a una misión: investigar, probar, ajustar y volver a probar hasta que, al fin, di con el sabor exacto que me había conquistado. Esta no es cualquier receta de rajas con crema; es el resultado de un pequeño misterio culinario resuelto. Y hoy, te lo comparto para que tú también tengas ese “ingrediente secreto” en tu cocina. ¡Manos a la obra!
Ingredientes
Para las Rajas:
- 4 chiles poblanos grandes, carnosos y de un verde intenso.
- 1 cebolla blanca mediana, fileteada finamente.
- 1 taza de granos de elote (puedes usar de lata, bien escurridos, o congelados).
- 2 cucharadas de aceite vegetal.
- 1 cucharada de mantequilla sin sal (opcional, pero es mi truco para un extra de sabor).
Para la Crema:
- 1 taza de crema ácida (sí, la que le pones a los tacos, esa mera).
- Sal al gusto.
- Pimienta negra recién molida (hace la diferencia, créeme).
Para Servir:
- Tortillas de maíz.
- Queso fresco o Panela desmoronado.
Procedimiento
- La Domada del Chile: Primero lo primero. Coloca los chiles poblanos directamente sobre el fuego de la estufa. Gíralos con unas pinzas hasta que la piel esté completamente negra y ampollada por todos lados. No te asustes, no se están quemando, se están “tatemando”. En cuanto salgan del fuego, mételos a “sudar” en una bolsa de plástico bien cerrada por unos 15 minutos. Esto no es un spa para chiles, es el truco para que la piel se desprenda casi por arte de magia.
- A Desnudarlos: Pasado el tiempo de reposo, saca los chiles de la bolsa y, con la ayuda de un cuchillo o con tus manos, retírales toda la piel quemada. Luego, hazles un corte a lo largo, quítales el rabo, las venas y todas las semillas que puedas. Por último, córtalos en tiras de aproximadamente un centímetro de ancho. Ya tienes tus rajas.
- El Sofrito que Anuncia lo Bueno: En una sartén grande a fuego medio, calienta el aceite y la mantequilla (si decidiste usarla, ¡bien hecho!). Agrega la cebolla fileteada y sofríela hasta que se ponga transparente y suave. Este es el momento en que tu cocina empieza a oler como una promesa de algo delicioso.
- El Encuentro: Añade las rajas de poblano a la sartén con la cebolla. Cocina por unos 3 o 4 minutos, moviendo constantemente. Queremos que los sabores se conozcan y se hagan amigos.
Dato Curioso: ¿Sabías que el chile poblano es originario de Puebla, México, y es el ingrediente estrella de los famosos Chiles en Nogada? Hoy lo estamos usando en su versión más reconfortante.
- La Magia Cremosa: Baja el fuego, vierte la crema en la sartén y sazona con sal y pimienta al gusto. Ahora viene la parte donde te ensucias las manos, no hay de otra, a menos que tengas un elfo doméstico. Revuelve todo con cuidado para que las rajas se impregnen bien de la crema.
- El Toque Dulce: Incorpora los granos de elote. Dale una última meneada para que todo se integre y deja que se cocine a fuego muy bajo por unos 2 o 3 minutos más, solo hasta que esté caliente. No dejes que hierva o la crema podría cortarse. Apaga el fuego y listo.
Tips y Consejos
- El Secreto de la Cremosidad: Si durante la cocción notas que la mezcla está muy espesa para tu gusto, puedes aligerarla con un chorrito de leche entera. Ve agregando de poco en poco hasta obtener la consistencia que te guste y no olvides rectificar de sal.
- No te Salte el Asado: Podrías tener la tentación de usar rajas de lata para ahorrar tiempo. Te lo digo como amigo: no lo hagas. Te estarías perdiendo del 80% del sabor. El tatemado le da ese toque ahumado que es el alma del platillo. La paciencia aquí tiene su recompensa.
- Llévalo más Allá: ¿Quieres una versión más robusta? Al final de la cocción, agrega cubitos de queso Panela o asadero. Con el calor residual se pondrán suaves pero no se derretirán por completo. También puedes añadir tiritas de pollo deshebrado para convertirlo en un plato principal.
- Conservación (Si es que sobra): Guarda las rajas en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por 3 días. Te doy un spoiler: recalentadas al día siguiente, en un taco con queso gratinado, saben a gloria.
- La Mejor Forma de Servirlo: La manera clásica es en tacos de tortilla de maíz calientita con un poco de queso fresco encima. Pero no te detengas ahí: úsalas para rellenar unas gorditas, sírvelas sobre un arroz blanco o como la guarnición perfecta para un bistec a la plancha.
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