Cómo Hacer Mazapán con Solo 2 Ingredientes

Hay tentaciones que viven junto a las cajas registradoras, justo al lado de las mentas y los chicles. Para muchos de nosotros, esa tentación tiene forma de un pequeño disco frágil y polvoroso: el mazapán de cacahuate. Es el sabor de la infancia, de la tiendita de la esquina y de ese antojo dulce que ataca sin avisar.

Pero, ¿y si te digo que puedes preparar en casa una versión que supera por mucho a la del empaque de celofán? Sí, con solo dos ingredientes básicos puedes recrear esa textura suave y delicada que se deshace en la boca. Y de paso, te cuento un secreto: aunque comparte el nombre “mazapán” con su primo español hecho de almendras, nuestro mazapán de cacahuate es una creación 100% mexicana, nacido de la creatividad de Jalisco para el mundo. Así que prepárate para ensuciarte un poco las manos y crear un dulce legendario.

Ingredientes

  • 1 taza de cacahuates (maní): Pelados, tostados y, muy importante, SIN SAL. Queremos controlar el sabor desde cero, no que parezca botana de cantina.
  • ¾ taza de azúcar glass (impalpable): No intentes sustituirla por azúcar normal, a menos que te guste una textura crujiente y extraña.
  • Una pizca de sal (Opcional, pero recomendado): Un toque minúsculo de sal no lo hará salado, al contrario, hará que el dulzor y el sabor del cacahuate resalten mucho más. Es un truco de repostería básico.

Procedimiento

  1. El momento de la verdad: moler el cacahuate. Aquí tienes dos caminos. El ideal es usar un procesador de alimentos, que te da más control. Echa los cacahuates y procesa en pulsaciones cortas. La meta es obtener un polvo fino, similar a arena gruesa. Si le das sin parar, los cacahuates se calentarán y soltarán su aceite, convirtiéndose en mantequilla, y eso, amigo, es otra receta. Si solo tienes licuadora, hazlo en tandas pequeñas para no forzar el motor hasta el punto que decida irse de este mundo.

Dato Curioso: ¿Sabías que el cacahuate no es un fruto seco? Botánicamente es una legumbre, primo del frijol y la lenteja. Así que, técnicamente, estás haciendo un dulce de legumbres. Suena menos antojable, pero es la verdad.

  1. La unión hace la fuerza (y el mazapán). Vierte el polvo de cacahuate en un bol y añade el azúcar glass (y la pizca de sal, si te animaste). Ahora viene la parte donde te ensucias las manos, no hay de otra: con las manos bien limpias, empieza a integrar todo, apretando y casi “amasando” la mezcla contra las paredes del bol. La idea es que el propio aceite del cacahuate hidrate el azúcar. Sabrás que está lista cuando tenga una consistencia como de arena mojada, que se compacta si la aprietas en tu puño.

Dato Curioso: El azúcar glass no es solo azúcar pulverizada. Casi siempre contiene un pequeño porcentaje de almidón de maíz, que se añade para evitar que se apelmace con la humedad. Ese almidón, sin querer, nos ayuda a darle un poco más de estructura a nuestro mazapán.

  1. Dándole forma al recuerdo. Ahora, a crear los clásicos discos. Puedes tomar una porción, hacer una bolita y luego aplastarla con cuidado. Pero si buscas la perfección (y que no se te rompan la mitad), ayúdate de un molde pequeño y redondo, como un cortador de galletas o incluso una tapa de garrafón bien limpia. Pon una cucharada de la mezcla dentro, presiona muy bien con tus dedos o con el dorso de otra cuchara para compactar, y desmolda con cuidado. El primer mazapán roto es el impuesto del chef, te lo tienes que comer tú. Es la ley.

Tips y Consejos

  • El enemigo: la mantequilla de cacahuate. El error más común es moler de más. Si ves que el polvo empieza a oscurecerse y a juntarse en una pasta aceitosa, ¡PARA! Has ido demasiado lejos. Todavía se puede rescatar añadiendo más azúcar glass para absorber el exceso de grasa, pero la textura no será la misma.
  • ¿Mezcla muy seca o muy grasosa? Si después de mezclar sientes la pasta muy seca y no se compacta, puedes añadir media cucharadita de agua (¡media! no te emociones) para ayudar a ligar. Si, por el contrario, te quedó muy aceitosa, ve añadiendo azúcar glass de cucharada en cucharada hasta que obtenga la consistencia correcta.
  • Variaciones para paladares inquietos. Una vez que domines la receta base, puedes experimentar. Prueba a bañarlos hasta la mitad con chocolate oscuro derretido, añade una pizca de canela a la mezcla o incluso un chorrito de extracto de vainilla.
  • Conservación (si es que sobran). Estos mazapanes son delicados. Guárdalos en un recipiente hermético a temperatura ambiente, separados por trocitos de papel encerado para que no se humedezcan ni se peguen entre sí. Así te pueden durar hasta una semana, aunque seamos sinceros, probablemente no sobrevivan más de dos días.
  • Procesador > Licuadora. Insisto: si planeas hacer esto seguido, un procesador de alimentos es tu mejor amigo. Te dará un resultado más uniforme y reducirá drásticamente el riesgo de terminar con mantequilla de cacahuate sabor mazapán.

Ingeniero civil de profesión, pero amante de la naturaleza y la buena comida. Desde niño me ha emocionado observar las plantas, animales y hongos. Me encanta aprender nuevas cosas sobre el mundo que nos rodea, por lo que he decidido compartir mis observaciones y conocimientos a través de este medio.

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